martes, 22 de octubre de 2013

Motivación, por fin te encontré

Nunca he sabido muy bien a qué quería dedicar mi vida. Mis estudios, elegidos libremente y basándome en mis intereses, me dieron en su día grandes satisfacciones personales, la mejor, sin duda, conocer a mi mejor amigo, mi compañero de vida y padre de mi hija. Sin embargo, a nivel laboral, nada me “removía" como para dedicarle una carrera profesional. Durante mucho tiempo, me sentí vacía vocacionalmente. Los días pasaban uno tras otro, sin grandes expectativas laborales... Trabajos que no me aportaban nada, sin visos de un futuro halagador. Conocí gente estupenda que, a lo largo de esos años, me ayudó a ver la vida desde distintos enfoques; gente no tan estupenda de la que también saqué valiosas lecciones; gente, en definitiva, que me ha ido acompañando todo este tiempo (algunos aún están a mi lado, otros quedaron por el camino y, otros... están en Facebook).




Entonces, hace un par de años, nos planteamos ser padres. La idea no era nueva, pero sí firme. Los niños siempre me han resultado fascinantes, ¡me encantan! Mi marido dice que tengo algo especial con ellos porque suelo conectar rápidamente. Pero los bebés... ¡me daban miedo! No ellos, ¡pobres criaturas!, si no su fragilidad, su indefensión, su dependencia...
Foto: Magaceda (Instagram)


Hasta que nació mi hija era incapaz de coger un bebé entre mis brazos sin empezar a rezumar por cada poro de mi piel. En mi familia no había tenido contacto con recién nacidos, más allá de algún hijo de un primo al que no vuelves a ver en dos o tres años, así que mi relación con el mundo de la maternidad y el puerperio era nula prácticamente. Y, claro, la idea que tenía (aunque, al no ser algo cercano, tampoco había pensado mucho en ello) era la comúnmente extendida: el bebé en su cuna, su carrito, con su chupete, con biberón, "no lo cojas que se acostumbra", "déjale llorar que así ensancha sus pulmones", etc. Pero mi pasión por los niños y la convicción de que son seres muy especiales a los que hay que tener muy en cuenta, me hizo ver que ¡otro tipo de crianza era posible!


Empecé a leer sobre los partos respetados, sin epidural, en casa, las doulas..., de ahí pasé al apego, la lactancia materna, el porteo, el colecho... y me sonaba todo tan coherente, tan lógico, tan sensato, que me parecía imposible que la gente lo ignorara (yo misma, hasta hacía nada, no había oído hablar de estos temas). El vivir en la era de la información, mejor dicho, de la sobreinformación, hace que lo realmente importante se diluya entre tantas cosas banales que nos meten por los ojos (aquí hay mucha miga así que lo dejo para otra ocasión). Lo que está claro es que si algo te interesa te informas al respecto lo mejor que puedes, es lógico, pero no es fácil... En el tema de la maternidad, pilar fundamental e indispensable de cualquier sociedad, (que digo, ¡de la humanidad!), la información es muy variopinta, en especial la información del boca a boca (incluidos profesionales de la salud). Y luego está la omnipresente información comercial (hay mucho artículo que vender, aunque sea totalmente prescindible). Y, si no tienes las ideas muy claras (las madres primerizas somos presa fácil), es difícil valorar qué es lo realmente necesario para criar a un bebé.

"La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos los niños, [...] tienen derecho a igual protección social". (Declaración Universal de Derechos Humanos, Art. 25. 2.).
Pues bien, me informé y me apasioné. ¡Y llegó el día!. Y, a pesar (o a propósito) de que el parto no fue como esperaba, pronto comprobé que todo lo que había leído era cierto. Lo único que quieres es estar con tu bebé en brazos, piel con piel, sentir su respiración junto a la tuya, darle tu calor, notar su corazón latiendo deprisa, su boquita buscando tu pecho. Mirar ensimismada cómo duerme y acariciar sus manitas, sus pies, su carita... ¡Es algo mágico!

Que me despidieran durante la baja por maternidad (sí, podría hablar también sobre esto largo y tendido...) me dio la oportunidad de disfrutar de todos estos momentos más allá de los cuatro (insuficientes) meses correspondientes.

Atrás quedaron los días en que mis redes sociales clamaban por una democracia real, unos políticos de verdad y demás arengas “perroflautísticas" (que dirían algunos). Y no es que haya dejado de creer en que sigue siendo necesario un cambio, todo lo contrario, pero es que ser madre hace que el mundo se vuelva insignificante. Todo pasa a un segundo plano. Sois tú y tu bebé. Y así debe ser, es lo que está en nuestra naturaleza, que sea tu centro de atención para protegerle, cuidarle y cubrir sus necesidades.

Mis “likes" y mis “retweets" ahora eran (y son) sobre la importancia de la lactancia y su normalización, los beneficios del porteo ergonómico, la necesidad de partos respetados o las ventajas de un apego seguro.

Pues bien, estos son mis intereses, es mi motivación, lo que me apasiona y quiero darlo a conocer, así que he emprendido el camino para conseguirlo. Estoy dando los primeros pasos de la mano de mujeres que también sienten la necesidad de contar (a quien quiera escuchar) y de promover todas las bondades de un contacto cercano con nuestros bebés.

¡Voy a ser Asesora de Porteo!

Y he de darle las gracias a Nohemí Hervada, que con su formación Mimos y Teta, nos allana un camino que ella ha recorrido durante años a base de esfuerzo, no en vano, es una referencia en el mundo del porteo. Así que, puedo decir orgullosa que soy Asesora de Porteo Mimos y Teta en formación.

14 comentarios:

  1. ¡Enhorabuena Maga!
    Es un momento muy importante cuando te das cuenta de lo que realmente te motiva y que puedes vivir de ello, me alegro mucho por ti.
    ¡Un fuerte abrazo!
    María

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    1. ¡Muchísimas gracias, María!
      Viniendo de ti, una mujer emprendedora, motivada y motivadora, estas palabras me fortalecen.
      ¡Un abrazo!

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  2. Felicidades Maga. Estoy muy contenta de tenerte cómo compañera. Leerte es ver mi historia y la de muchas más que nos hemos adentrado en este mundo tan maravilloso que se llama Maternidad. FELICIDADES!!!¡

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    1. ¡Maru, el sentimiento es mutuo! Para mí es muy especial formar parte de este grupo de comadres, con muchas cosas en común y tanto por ofrecer. Muchas gracias por leerme, por comentar y por tus felicitaciones! :)

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  3. Bueno bueno! Te parece poca vocación la de cuidar de tu niña? Ya tienes la profesión perfecta, así k a disfrutarla. Un besote. Muak

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    1. Sí, sí, esto un trabajo en toda regla! Jajjaja Estoy de acuerdo y me encanta!!
      Muchos besos!

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  4. ¡Felicidades Maga!, leer tu historia, es leer un poquito la mía y seguro que alguna más. Encantada de acompañarte. :)

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    1. ¡Gracias, Ana! Caminamos juntas y estoy muy feliz por ello.
      Un abrazo

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  5. Felicidades y Enhorabuena por el descubrimiento de la motivación que impulsa tu vida. Además he de decirte que tienes un talento especial para escribir, para mostrar y expresar mediante el lenguaje escrito. Plantéate en un futuro escribir algún libro que yo seré de las primeras en Leerlo. GRACIAS!!!. S.A.S

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    1. ¡Muchísimas gracias! Me siento adulada :) Estoy ensayando para mi futuro como escritora Jajaja No lo descarto, oye, ¡nunca se sabe! Gracias por tus palabra!!
      Besos!

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  6. Felicidades,por descubrir por fin tu vocación,,..siempre has sido muy buena escribiendo y como escritora se que serias muy buena .Me da mucha alegría que reconozcas la libertad que siempre as tenido para hacer tu camino, no todos los hijos son libres para tomar decisiones,muchos padres quieren ver los títulos que ellos no tienen en sus hijos,otros la vida les hace ir por caminos diferentes de lo que les motiva. Tienes suerte de saber lo que de verdad te gusta y poder disfrutar con ello , se que lo haces muy bien como madre y no cortaras las alas para volar libremente ,eso complica muchas veces, caídas dolorosas. pero criar en liertad es criar en amor . un beso de esta que te quiere..

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    1. He tardado en contestar pero es que a UNA MADRE hay que responderle en condiciones y no deprisa y corriendo... La vocación estaba ahí, sólo ha tardado en aparecer, y estoy convencida de que todo lo vivido anteriormente ha hecho que llegue a donde estoy. Y eso incluye la educación que he recibido en casa y esa libertad de la que hablas. Gracias, muchas gracias porque he tenido un gran ejemplo!
      Totalmente de acuerdo: ¡Criar en Libertad es Criar en Amor! y ¡Criar con Amor es Criar con Libertad!
      ¡Muchas gracias! Un beso de esta que también te quiere...

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  7. Felicidades!!!! A mi me ha pasado algo similar!! Me he sentido super identificada con esta entrada. Sólo que en mi caso me estoy "formando" en Círculos de Crianza. Y ahora además me ha dado full creatividad, con fieltro, con tela... aiiiii como le cambia a una la maternidad! Y QUÉ BIEN SE ESTÁ AHORA!!
    Cariños!! =)
    http://mamafull.wordpress.com/

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    1. ¡Gracias! Ya me he dado una vuelta rápida por tu blog (ojalá tuviera algo más de tiempo para dedicarle a todo lo que quiero leer... ) y he visto que estás Full de verdad! Me alegro mucho!! Y tienes toda la razón, la maternidad te trasforma y te llena tanto... :D

      Un abrazo!!

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